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Reseña: Proceso Político Social 1928-1936 Eleazar López Contreras.

Comentario. Dr. Jorge F. Vidovic.

 

 

De los andinos en el poder; es Eleazar López Contreras uno de los 60 hombres que acompañaron a Cipriano Castro y a Juan Vicente Gómez en la Revolución Liberal Restauradora de 1899; también fue uno de los
más formados de forma autodidacta pues no tuvo la oportunidad de
acceder a una educación universitaria pues con tan solo 16 años
emprende su salida hacia la capital en la referida revolución liberal. 3
Sin embargo; su formación la recibió en los cuarteles y a través de
la vida misma, pues ha visto la triste realidad del país a través de su propia experiencia. Desde muy joven, participa en la organización y
modernización del ejército, viaja a Estados Unidos y a Europa para adquirir equipo militar y así consolidar la futura fuerza aérea venezolana. Se muestra como un militar constitucionalista y en 1923 es ascendido a General de Brigada. López es leal y no se mete en política; a esto se suma su diligente gestión en múltiples funciones y encargos que llevo a término. Esto lo acerca al General Juan Vicente Gómez, razón por la cuál en 1929 es nombrado ministro de Guerra y Marina.

Puede considerarse que Gómez está preparando su sucesión y vio en López a un hombre culto, honorable y como el mejor representante del Ejército. Pudiéramos agregar que Gómez también observo en su familia faltas de acuerdos e intrigas para dirigir el destino del país.

 

La publicación que hoy comentamos comprende parte de las memorias del expresidente Eleazar López Contreras en relación a algunos antecedentes relativos a la semana del estudiante, la huelga de telégrafos, la huelga petrolera y varios intentos de golpe de cuartel en diferentes regiones del país a raíz de la muerte del presidente Juan Vicente Gómez el 17 de diciembre de 1935. En este sentido, al final de su escrito el
expresidente López Contreras presenta una relación de cartas y telegramas recibidos con noticias de saqueos y desorden del orden público en todo el país que a su modo de ver validan sus acciones como presidente en su afán por mantener lo que él denominó como “Calma y Cordura”.

En sus propias palabras López señala que sus acciones estaban orientadas a contrarrestar unas revueltas que no se podían batir con la metralla, pues se trataba de la sociedad civil y no de otra montonera más. Esta —a su modo de ver— es la razón por la cual suspende provisionalmente ciertas garantías constitucionales como la libertad de expresión a través de los medios de comunicación, crea la Guardia Nacional en 1937 como un componente más de las Fuerzas Armadas y expulsa a 47 dirigentes políticos, de una lista de 180 jóvenes hacia el exilio.

Por otro lado; en la autobiografía, el expresidente describe cómo se des-envolvió su figura ante los requerimientos del Post – gomecismo y la manera en que trató de pactar con la izquierda revolucionaria representada por la generación de los estudiantes de 1928. A todo ello, se suma en su libro una relación de las diversas acciones sociales desarrolladas durante su gestión a través del Programa de Febrero en 1936 y el Plan Trienal presentado ante el Congreso en 1938. Todo ello se describe en medio de una narración sobre diversos acontecimientos de su vida personal y su vinculación y veneración al General Juan Vicente Gómez.

De igual modo; el general hace referencia a su admiración por la figura de Simón Bolívar, por su capacidad de liderazgo y como estratega militar a la hora de conducir sus tropas durante el período de la independencia. Su admiración al libertador lo motivó a crear la figura de la Sociedad Bolivariana y a poner en marcha, a través de este grupo, algunos proyectos nacionales relacionados con dicha ideología. Para lograr dichos objetivos activo la creación de un Comité de Damas Bolivarianas con la misión de materializar en obras de acción social el culto por el Padre de la Patria.
Se puede deducir que las actividades que se desarrollaron a partir de esa propuesta ideológica estuvieron orientadas a reforzar la labor social de su gobierno y como el bien señala; como instrumento ideológico con el cual contrarrestar la ideología comunista presente en buena parte de la nueva generación de políticos venezolanos; razón por la cual podemos concluir que más que una debilidad su propuesta de Sociedad Bolivariana fue una necesaria estrategia para contrarrestar el pensamiento comunista que muchos jóvenes expresaban a través de sus cartas y que el expresidente las incorpora como anexo al final de su reseña histórica.

Por otro lado; López presenta una relación especifica de sus logros y el de su gabinete en materia de salud, educación, obras públicas, institución armada, agricultura; entre otros que están perfectamente descritos en el presente libro. Lo cierto es que todas ellas enrumbaron una transición a un país plenamente rural a uno más urbano y con mejores condiciones sociales. Finalmente se presenta una relación de cartas y telegramas que, a su modo de ver, validan las acciones que tomó en el período en que le correspondió gobernar. Queda, pues, a criterio de los investigadores esta parte de sus memorias para asumirla o negarla con argumentos válidos tal cual como el pretende hacerlo.
Es más que evidente que muchos historiadores han escrito con suficientes argumentos el saldo de su gestión durante y después del tiempo que le correspondió actuar como presidente de la República de Venezuela. Sin embargo, no puedo dejar de mencionar que la mayoría de sus biógrafos lo muestran como un hombre culto, comprensivo, atento a los consejos y por sobre todo como un hombre que siempre tuvo una conducta fiel a la palabra empeñada.

Como se puede observar en diversos documentales, su figura siempre fue aclamada y bien recibida en buena parte del territorio venezolano pues está más que demostrado la convicción democrática de López Contreras; no solo por su actuación conciliatoria asumida con la oposición a partir de la muerte de Gómez, sino porque el mismo aplicó medidas que aminoraban su estatus como presidente constitucional de Venezuela. Uno de tantos ejemplos lo podemos observar cuando propone reducir el período presidencial de siete a cinco años y el de eliminar la posibilidad de la reelección presidencial con la intención de reforzar el principio de alternabilidad democrática.
Finalmente, la verdad sale a la luz y trascurrido la madurez que solo el tiempo puede otorgar, el mismo grupo de políticos que en el pasado lo había calumniado y enjuiciado por peculado; años después reconocen su legado nombrándolo Senador Vitalicio al lado de Don Rómulo Gallegos en el año de 1961. Dos años después, a través del Congreso de la República se le hace entrega de una réplica de la espada del libertador; López la acepta de la propia mano del presidente Rómulo Betancourt y una vez más, da una lección de política.

«La historia… testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, testigo de la antigüedad.» Ciceron (106 AC-43 AC)

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